Vuelta al cole, por Carmen Verdejo

“¡Vuelta al cole!”: madrugar, nueva etapa educativa, profesores desconocidos, colegio o instituto, materiales escolares, contenidos académicos, asignaturas, horarios, actividades extraescolares, objetivos, normas, exigencias, gastos…

Septiembre es un mes que requiere energía y dosis de optimismo para retomar de nuevo las rutinas y afrontar los cambios que puede conllevar la incorporación a nuestras obligaciones y responsabilidades. Lo nuevo, por las dosis de incertidumbre que le acompaña, puede producirnos estrés y malestar.

Imaginad cómo pueden afectar todos estos cambios a los niños/as y adolescentes que aún no cuentan con la madurez y las estrategias para hacer frente a situaciones de alta demanda. Seguro que ya has encontrado múltiples y sabios consejos en internet, de amistades o conocidos para ayudarte a afrontar el inicio de curso. Nosotras, desde nuestro centro Presentia Mindfulness Training, y en la línea que nos caracteriza, queremos aprovechar esta ocasión y aportar nuestro granito de arena para hacer más llevadero este momento.

Espero que no te extrañe que nuestra recomendación sea PRESENCIA (“Presentia”).

Nuestra experiencia avala que es lo que mejor podemos ofrecer a nuestros hijos/as y estudiantes, además las investigaciones sobre el desarrollo infantil señalan que el “apego seguro” es uno de los mejores predictores de un desarrollo adecuado en cuanto a bienestar, salud emocional, habilidades relacionales, autoestima, liderazgo, rendimiento académico y profesional.

La presencia, es decir, poner toda tu atención y consciencia en cada momento que interactúes con tu hijo/a o estudiante, estando ahí, acompañando física, mental y emocionalmente, es la forma más cierta y tangible de avanzar en el propósito de crear un vínculo seguro y respetuoso.

Te estarás preguntando cómo puedo ofrecer mi “presencia, aquí tienes algunas sugerencias que esperamos despierten tu interés por avanzar en este sentido:

  • Haz que tu hogar o tu aula sea un espacio seguro y respetuoso donde los infantes y adolescentes se sientan protegidos física, emocional y relacionalmente, donde puedan sentirse libres de amenazas, peligros, humillaciones y abusos, donde se sientan aceptados y queridos.
  • Trae consciencia a tu modo de sentir, pensar y actuar, date cuenta de qué es lo que transmites porque eso refleja tus valores y observa qué repercusión tiene en tu entorno.
  • Concédete tiempo para conocerte mejor y desarrollar una gestión de tus propias emociones inteligente y adecuada.
  • Reflexiona sobre qué modelo estas ofreciéndoles porque en la etapa infantil y adolescente absorben como esponjas e imitan nuestra manera de ser, de hacer y de relacionarnos con el mundo y con los demás.
  • Cultiva la atención plena, así podrás estar en sintonía contigo mismo/a y sintonizar con ellos/as, prestando atención a su mundo interior (sensaciones, sentimientos, pensamientos, necesidades, intereses, motivación). Hazles sentirse sentidos por ti, muestra interés y aceptación.
  • Aunque no sean aun adultos, requieren que te expreses de manera asertiva, con respeto a su etapa o nivel, diversidad y dignidad y escúchalos de forma empática, sé amable, equitativo/a y solidario/a.
  • Los infantes y adolescentes son seres sintientes y especialmente sensibles, observa cómo determinados comportamientos, que normalizamos por ser los adultos, les humillan, atacan su dignidad y amor propio.

Puedes seguir indagando sobre los contenidos expresados en este artículo en los libros:

  • Daniel Siegel y Tina Payne Bryson: EL PODER DE LA PRESENCIA: Cómo la presencia de los padres moldea el cerebro de los hijos y configura las personas que llegarán a ser. Editorial Alba
  • Coni La Grotteria: EDUCAR EN LA TOLERANCIA. Cómo vivir comprometidos con la igualdad y la diversidad.

Lo que hoy necesita la sociedad son personas que puedan pensar con juicio crítico, que sean creativas, responsables, capaces de dirigirse a sí mismas y manejar su mundo emocional, que apuesten por una convivencia y cooperación armoniosa. En este libro de Coni La Gotteria recoge el poema que Dorothy Law Nolte publicó en 1954. Si sintonizas con lo que ella nos recuerda, podrías ponerlo en un lugar que puedas verlo con frecuencia. La responsabilidad de educar y acompañar a las nuevas generaciones en su proceso, contribuyendo a que sean los adultos que el momento actual precisa, es un privilegio, aunque a veces nos abruma. A mí me tranquiliza pensar que, sin lugar a dudas, empieza por lo más cercano y asequible, yo misma.

Los niños aprenden lo que viven (Dorothy Law Nolte, 1954)

 

Si los niños viven con reproches, aprenden a criticar.

Si los niños viven con hostilidad, aprenden a ser agresivos.

Si los niños viven con miedo, aprende a ser aprensivos.

Si los niños viven con lástima, aprenden a auto compadecerse.

Si los niños viven con celos, aprenden a sentir envidia.

Si los niños viven con vergüenza, aprenden a sentirse culpables.

Si los niños viven con ánimo, aprenden a confiar en sí mismos.

Si los niños viven con tolerancia, aprenden a ser pacientes.

Si los niños viven con elogios, aprenden a apreciar a los demás.

Si los niños viven con aceptación, aprenden a amar.

Si los niños viven con aprobación, aprende a valorarse.

Si los niños viven con reconocimiento, aprenden, que es bueno tener una meta.

Si los niños viven con solidaridad, aprende a ser generosos.

Si los niños viven con honestidad, aprenden, qué es la sinceridad.

Si los niños viven con ecuanimidad, aprenden, qué es la justicia.

Si los niños viven con amabilidad y consideración, aprenden a respetar a los demás.

Si los niños viven con seguridad, aprenden a tener fe en sí mismos y en los demás.

Si los niños viven con afecto, aprenden que el mundo es un lugar maravilloso donde vivir.

by Presentia