Momento presente, o el significado de vivir conscientemente

El viernes pasado, en nuestro Centro Presentia, disfrutamos de una tarde en la que tuvimos ocasión de conocernos y charlar distendidamente. Pensando también en la salud y en el bienestar de nuestros usuarios, aprovechamos para presentar todas las actividades del año 2019, que vamos a desarrollar en los próximos meses. Sois vosotros/as las que dais sentido a nuestra labor  de servicio. Con cada una de las propuestas que os hacemos, queremos propiciar espacios de reflexión y conciencia que permitan descubrir y desarrollar formas de cuidarnos para vivir nuestras vidas con plenitud, para el beneficio propio y de las personas que nos rodean.

Deseamos de corazón agradecer vuestra presencia y vuestra participación en esta presentación. La experiencia de muchos años compartiendo y creciendo juntos/as, nos ha revelado que el fruto de estas interacciones es mutuo y que lo que estamos haciendo cada día contribuye a renovarnos.

Hoy, la práctica de mindfulness o conciencia plena está en auge. Cada vez, con más frecuencia, vemos aparecer en los medios de comunicación noticias respecto a ello, animando a las personas a practicar estas técnicas milenarias para ser más efectivas, concentrarse mejor y aumentar su productividad, induciéndonos a creer que ha nacido una “nueva panacea” que sirve para resolver toda clases de problemas y situaciones. Es cierto que los estudios científicos respaldan su efectividad y apuntan a que producen cambios saludables y positivos en el funcionamiento de nuestro cerebro y en nuestras vidas, sin embargo, preferimos ser cautas y transmitir que la conciencia plena o mindfulness, la amabilidad y la compasión, no se limitan a mejorar nuestro funcionamiento mental. Tampoco lo recomendamos para obtener resultados específicos como reducir el estrés, dormir mejor, regular las emociones, aumentar el rendimiento, etc., aunque nuestros programas se orienten de alguna forma también a este fin. Al inicio de cada uno de ellos, solemos hacer una advertencia sobre estás expectativas tan restringidas, el hecho de albergar esperanzas sobre resultados o soluciones concretas, puede entorpecer el proceso e impedirnos descubrir lo que, en realidad, pueden aportarnos estas prácticas.

Todos estos años que llevamos impartiendo y practicando la plena conciencia y la compasión nos han ayudado a apreciar la belleza de ser plenamente humanos, nos ha aportado una mirada más sensible y realista de la vida en toda su complejidad e imperfección, nos ha enseñado a conectar con la vulnerabilidad propia y ajena, nos han abierto un camino de libertad que emerge cuando estamos dispuestos a permitir que la vida siga su curso sin malgastar nuestras energías y recursos en negar y forcejear contra lo que ya es. Hemos descubierto que es una forma de estar y vivir la vida, más sencilla y serena que nos invita constantemente a parar, tomar aliento para recuperarnos y seguir adelante con amor y sabiduría.

Autora: Carmen Verdejo

 

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